UC - Críticas
| País: USA. Año: 2014. Duración: 101 min. Género: Drama.
Dirección: Richard Glatzer y Wash Westmoreland. Guion: Richard Glatzer y Wash Westmoreland; basado en la novela de Lisa Genova. Producción: James Brown, Pamela Koffler, Lex Lutzus. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Denis Lenoir. Distribuidora: Golem.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años. |
Interpretación: Julianne Moore, Kristen Stewart, Kate Bosworth, Alec Baldwin. |
JULIANNE MOORE CORRE CONTRA EL ALZHEIMER
Todo un dramón familiar apoyado sobre la (magnífica, eso sí) interpretación de una Julianne Moore que se pasa toda la película con los ojos enjuagados en lágrimas. Y no es para menos, la aproximación al mundo del Alzheimer en primera persona de ‘Siempre Alice’ ofrece puntos de inflexión de emoción cálida y análisis frío gracias a su premisa de ubicar la enfermedad en una protagonista joven y, además, demasiado inteligente como para ser consciente de su degradación.
SINOPSIS: Alice Howland (Julianne Moore) es una mujer de mediana edad, doctora en lingüística, madre de tres hijos y muy inteligente. Un día empieza a darse cuenta de que olvida palabras y se siente desubicada sin explicación aparente. El devastador diagnóstico de que padece un tipo de Alzheimer precoz desestabilizará los pilares de su familia y la pondrá en una carrera contra reloj para intentar no olvidar lo que realmente le importa y le define como persona.
Que ‘Siempre Alice’ está al servicio de Julianne Moore es innegable. La actriz con el resultado en su conjunto forman una simbiosis necesaria y resolutiva. Y no es fácil soportar sobre los hombros de un solo actor todo el peso dramático de un film como este. Su personaje, doliente consciente de su degradación neuronal se tiene a sí mismo como enemigo, y el guión sabe sembrar y romper sin caer en los excesos (aunque lo insinúe). Y si Moore se excede (porque mantener ese punto de tristeza constante con los ojos licuados no es fácil) sabe dar marcha atrás con hiperbólica maestría para desubicar al espectador y empezar otra vez. Pero claro, eso solo lo sabe hacer Julianne Moore, que te seduce y desgasta al mismo tiempo.
Mención aparte, y para aliviar el peso dramático (o abrir nuevos frentes de ataque), se encuentra un comedido pero eficaz plantel de secundarios capitaneados por Alec Baldwin, que hace de resorte y reverso del drama familiar. Asimismo, Kristen Stewart y Kate Bosworth (sin que estén a la altura de unos papeles tan sutiles) sirven de punto de anclaje para esa metáfora sobre el punto de fuga generacional que tan bien se representa con el hermoso material de video doméstico y que sólo al final del montaje se le da una utilidad lógica y elegante.
